En primer lugar, para proteger y fomentar el arte
y, lo más importante, a los pintores, necesitados de currículos, dinero (cuestión vital) y reconocimientos públicos.
En segundo lugar, para hacer patrimonio. Aunque los médicos y los jueces disfruten de sus vanidades,la pintura también es o fué en su tiempo la golosina de la renta patrimonial de muchas instituciones.
Yo por mi parte voy enriqueciendome personalmente del desarrollo de mis pinturas, tratando de mejorar día a día en técnica y composición. Me pregunto si el Alcalde de mi pueblo estaría interesado en adquirir alguna de estas obras.
Muchos Ayuntamientos conservan obras de artistas galardonados las cuales vienen a formar parted en muchas ocasiones del mobiliario de diversas dependencias administrativas.
Me preocupa la escasa cantidad de concursos, convocatorias o becas de pintura disponibles hoy en día. Será debido a la crisis, al olvido, o al desinterés generalizado de estos tiempos que corren.
En fin aún cuando no he tenido oportunidad de ganar ningún premio o concurso de pintura me intriga saber de qué pueden servir aparte de para enriquecer patrimonios o decorar estancias públicas, para cubrir la parte vanidosa de muchos o para justificar la labor cultural de Ministerios Públicos y poco más. Un consejo si hoy en día no puede vivir de esta profesión, ni exponer, o participar en concursos que promuevan la pintura tradicional... hagan como yo, cedan las obras temporalmente a quien se quiera hacer cargo de ellas.
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