Tuesday, July 11, 2017
Wednesday, July 5, 2017
KIKU POCH
Kiku Poch was born in Barcelona on September 18th, 1963 as the son of two painters; Poch Romeu, a landscape artist of international fame, and still life artist, Josefina Ripoll. With two artists for parents, Kiku Poch grew up surrounded by art. His own interest in fine art was manifested at a very early age, when he would draw with colored pencils, wax and crayons. At age 16, Kiku's father (who before becoming a painter was a publicist), taught him the trade of graphic artist and instilled in him the knowledge of drawing, perspective, color, airbrush, watercolor, etc. Later on, Kiku formed part of a team of artists at a prestigious advertising agency in Barcelona, where for a period of eight years, he worked as a graphic designer. Thanks to his creativity and skilled technique, his work was highly regarded in the advertising sector. In 1993, when the agency where Kiku worked closed due to a general crisis of the times, K. Poch began painting with oils, which are according to him, the most "noble" medium of painting. Until this time, Kiku had never dared to work with oils, but now he had the time needed to experiment, and experiment he did. Kiku sold the third painting that he ever did and thus began his career, and with much thanks to Barcelona art dealer J. Balari who believed in Kiku from the beginning. Kiku considers himself to be a self-taught painter, although surely having been raised in a family of painters had its influence, as a young Kiku unconsciously began his art education as he watched his father paint. In the paintings of Kiku Poch, an admirer of the Catalian landscape artists from the beginning of the century as well as the great impressionists, one can appreciate a purity to his technique. For him, all of the elements of a picture: drawing, composition, texture, color, and light are equally important. Currently Kiku alternates his work between Mallorca, Menorca and the Costa Brava, but always remains near his great passion, the sea.
Tuesday, February 21, 2017
Saturday, February 11, 2017
CLAUDIO BRAVO
Aquí os dejo con algunos cuadros de Claudio Bravo Camus, que
con once años ya sabía que quería dedicarse a la pintura. También conocido como el Da Vinci chileno, consiguió hacer mucho dinero con sus retratos y gustaba recorrer Chile en su avioneta privada. En 1961 se estableció como retratista en Madrid. Fue en el Museo
del Prado donde pudo estudiar a fondo
las obras de sus predecesores Velázquez y Zurbarán.
Sus cuadros luminosos, con unos ambientes limpios y claros transmiten una serenidad que nos abruma y ayuda a comtemplarnos a nosotros mismos en esa quietud apacible. La magia de sus composiciones con su juego de luz y armonía nos
sosiegan con un lenguaje que consigue
penetrar en nuestro yo interior.
SHAUN DOWNEY
Aquí os presento un joven y
prometedor pintor canadiense llamado Shaun Downey.
Un artista cuya obra
consigue reflejar el estado de soledad en una sociedad en la que el valor esencial del contacto humano parece haberse transtornado y las
personas como consecuencia de ello hayan perdido algo de su esencia o encanto. Sus composiciones son escenas de lugares algo frios e impersonales que muestran a una persona junto con su soledad al desnudo, con una apatía o desolación que ciertamente
recuerdan al mismo Edward Hopper.
GUIDO BORELLI
Este artista Italiano es
conocido por sus paisajes líricos y escenas de pueblos de la costa Italiana. Inspirado por
la luz y el colorido del paisaje mediterráneo, saca partido del movimiento
incesante de la sombra sobre el objeto
en sus composiciones. Las formas y
siluetas se van deslizando revelándonos
el esplendor de la luz con imágenes insinuantes que juegan con la imaginación
del espectador.
Sus pinturas nos recuerdan
una vida rural cargada de inocencia y nostalgia que nos hablan de un tiempo
pasado más apacible y cautivador.
THIERRY DUVAL
Thierry Duval es un
observador sensible y precisa de la naturaleza y la ciudad, que presten
atención a la más mínima variación de la luz. Sus acuarelas recrean escenas
urbanas de Paris. Disfruta de la fotografía del Sena en la madrugada, y que le
gusta sugerir las siluetas de los majestuosos monumentos que surgen a la
vuelta de un callejón. Le gusta observar
a los solitarios paisajes del puente de las Artes que nutre e inspira su pintura.
Subscribe to:
Posts (Atom)